España consuma su dominio continental

Se impone 22-20 a Croacia en la Final del Europeo de Balonmano

El equipo dirigido por Jordi Ribera se hizo con su segundo europeo seguido esta tarde en el Tele2 Arena de Estocolmo, tras superar al competitivo combinado balcánico. Repito, España gana su segundo título continental consecutivo, dominando de esta forma durante los últimos años dicha competición. Es una gesta descomunal que han conseguido a base de talento y solidez; sabiendo encontrar los pocos resquicios que dejaba el rival, aguantando el tipo cuando se veían remontados, y sacando las mejores jugadas en los momentos más críticos, cuando todo tiembla.

La final de hoy pareció una final; tensión, nervios y un partido que avanzaba a episodios marcados por estados de ánimo y decisiones técnicas desde el banquillo. Como la de pasar a un 6-0 para la remontada de la primera parte, o el mantener al castigado (por los rivales) Dujshebaev, en el que no estaba siendo su mejor partido, pero que decidió el encuentro con un gol impresionante a ras de suelo.

Partido igualado

Los primeros minutos fueron dominados por los ataques, las piernas no estaban frescas para los movimientos laterales y los porteros no encontraban el punto de intuición. Croacia aprovechaba el 5-1 español para marcar con suma facilidad por el centro a través de Duvnjak, Maric y Karacic y se ponía 3 goles arriba mediada la primera mitad. Ribera hizo el mencionado cambio de estrategia y los toledanos Maqueda y Gonzalo salieron al rescate con 3 goles y 4 paradas seguidas respectivamente. 12-11 en el descanso para España.

Intercambio de goles al inicio de la segunda parte hasta la exclusión de Mandic, que casi llega a ser definitiva, ya que permitió al combinado nacional separarse por 4 goles en el marcador (16-12). Croacia apeló a su competitividad y al apoyo de la grada, mientras que España lo vio demasiado cerca y se atenazó. ¿Consecuencia? 18 iguales a falta de pocos minutos.

Todo se decide en 3 minutos

Así que estamos ante una mini final de 3 minutos, donde las porterías se hacen pequeñas, los porteros son repentinos gigantes y las piernas se hacen de plomo. La hora de los valientes. Aquí alguien aparece para marcar el gol imposible y sólo queda saber en qué bando está. Esto en España lo sabemos bien porque hace unos años ese valiente siempre estaba en el equipo rival. Pareció por un momento que iba a ser Karacic cuando ponía a su equipo por delante. Pero comprobamos que a Aleix Gómez no le temblaba el pulso para convertir el penalti que adelantaba definitivamente a España, para que unos segundos más tarde rematara Dujshebaev con un gol estratosférico de tiro exterior a ras de suelo.

Fantástico final para un fantástico grupo de jugadores cargados de talento, solidaridad, y con un nivel de competitividad máximo. ¡ENHORABUENA HISPANOS!