El león asfixia al dragón

Suráfrica vence (19 – 16) a Gales en un igualado partido y se enfrentará a Inglaterra en la final del Mundial

Acabó imponiéndose el equipo africano en un partido muy físico, que, como se esperaba, se decidió en el centro del campo. Desplegaban su potencia física los de Erasmus en la primera parte mientras Gales avanzaba con patadas bombeadas; si el balón está en el aire, no te estás pegando por él en el ruck, y cada segundo de ahorro físico era clave para los rojos. Echaron mucho de menos a Liam Williams, el “Espreso de Swansea” aporta creatividad y rapidez desde la posición de fullback. Y en un partido de estas características, un matiz técnico puede decidir.

Comenzó el intercambio de golpes y nos encontrábamos igualados a 9 al inicio de la segunda parte. Aquí empieza la fiesta. Suráfrica sustituye a 5 delanteros, las dos primeras líneas al completo. Declaración de intenciones que acaba con ensayo de de Allende en el minuto 57. El equipo verde entra como elefante en cacharrería por el flanco izquierdo y acaba marcando.

Como si hubiera estado esperando esta señal, el equipo de Gatland se suelta y empieza a percutir sin descanso en la yarda 5 contraria. En un ejercicio de descaro, eligen melé en lugar de una facilísima patada a palos, que acaba en el ensayo del velocísimo Josh Adams pegado a la banda izquierda. Conversión de Halfpenny y empate para encarar los últimos 10 minutos de partido. 

Erasmus tenía el partido donde quería, empate y balón de Gales. No le interesa el balón, le interesa marcar. Los delanteros de refresco verdes consiguen desactivar el empeño rojo y, entre la confusión, aparece Faf de Klerk para manejar los últimos minutos a su antojo. Lleva el balón a la esquina izquierda galesa en una patada en paralelo a la banda tras arrancada, donde provoca que suceda todo lo que sucedió en los últimos minutos de partido; incluida una patada a palos de Pollard que clava el 16 – 19 final. 

Victoria y pase a su tercera final, donde buscará hacerse con la Copa Webb Ellis por tercera vez y frente a Inglaterra. Partidazo.

Unas veces te comes al oso…

Inglaterra vence a Nueva Zelanda (19 – 7) en las semifinales del mundial en un partido histórico

Y esta vez Inglaterra se comió al oso. La primera imagen del partido con los ingleses rodeando en cuña a los neozelandeses mientras ejecutaban su haka, fue un avance de lo que ocurrió durante los 80 minutos. Salida en tromba, agresividad máxima (bien entendida) en defensa, y juego a la mano eléctrico. Éstos fueron los ingredientes que hicieron que en el primer minuto del partido, los ingleses anotaran su único ensayo a través de Manu Tuilagi.

A partir de ahí, Eddie Jones planteó un partido físico en el que los de negro no encontraban camino por el centro. La ola blanca desviaba a la manada negra hacia el lateral izquierdo, donde eran emboscados por Anthony Watson y los apoyos que llegaban instantáneos. El plan les estaba saliendo. 

Nueva Zelanda se iba estirando en tramos de 10 minutos. En el minuto 10 pisó el reino, y en el 20, su primer encadenado para llamar a la puerta de Westminster. La guardia real los desvió de nuevo a la izquierda.

Iban pasando los minutos y la primera parte terminó con una conversión de golpe de castigo de George Ford. Los isleños esperaban sumar puntos antes del descanso. Otro golpe a la mandíbula del oso.

La segunda parte básicamente transcurrió de la misma manera. Chispazos motivados por las transfusiones de los cambios, que capitalizaron en un ensayo de Ardi Savea, pero poco más. No siempre la culpa la tiene Aaron Smith. El marcador se apretaba, pero mientras los All Blacks sufrían durante 60 minutos para marcar sus primeros puntos, George Ford iba clavando conversiones regularmente hasta el 19 – 7 final.

Partidazo mañana en la otra semifinal (Gales – Suráfrica) para ver si la semana que viene toca safari o visitar el pub.